Esta cuestión que parece ya haberse vuelto común en una inmensidad de casos, no está tan presente en el día a día de personas que no pueden hacer frente al desembolso que supone comprarse una vivienda.

¿Qué es mas inteligente? Bien, por una parte nos puede presentar la expresión de que un arrendamiento supondría “tirar el dinero” debido a que nunca vamos a ser propietarios del inmueble, pero en contraposición la adquisición de una vivienda puede incurrir en una serie de gastos que se pueden acoger en dicha expresión, como el pago de impuestos, comisiones e intereses, además de un gran montante en forma de desembolso inicial y su consiguiente acuerdo financiero que comprometerá nuestra economía durante varias décadas.

La capacidad de ahorro desempeña un papel fundamental y decisivo para tener acceso a la propiedad de una vivienda, concretamente es necesario disponer acerca de un 32% correspondiente al valor del inmueble. De esa parte, correspondería un 20% a la parte que las entidades financieras ya no ofrecen financiación (ya que conceden el 80%) y un 12% ligados a los gastos en de compraventa e hipoteca del inmueble.

La dificultad a la que hacen frente las familias españolas (especialmente las más jóvenes) es generar la capacidad de ahorro suficiente, optando de esta forma al alquiler sin ningún remedio. En cambio, esta decisión puede suponer un obstáculo aún mas grande a la hora de reunir el capital suficiente o de generar capacidad de ahorro para la adquisición de un inmueble.

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