La pandemia y la capacidad de ahorrar a consecuencia de los confinamientos, junto con la disponibilidad de crédito y las bajas tasas de interés, parecen haber contribuido al período de expansión de los préstamos hipotecarios.
En concreto, en el primer semestre de 2021, esta es una cifra que no se veía desde 2010. En la primera mitad de este año, toda la industria proporcionó a las personas cerca de 30 mil millones de dólares estadounidenses en fondos para la compra de viviendas, una cifra que no se ha visto desde fines de 2010. El boom inmobiliario en 2010. Luego, la cantidad se elevó a 37 mil millones.
Uno de los pasos más importantes en el proceso de compra de una vivienda es comprender su capacidad de pago. La historia reciente nos ha demostrado que los errores cometidos al financiar la compra de una vivienda pueden ser muy costosos.
A continuación, expondremos los errores mas comunes que se dan en estas situaciones:
- No comparar las ofertas hipotecarias. Generalmente, los compradores de la vivienda contratan la hipoteca con su entidad de confianza o dónde se predispone una mayor vinculación con otros servicios y productos. La solución a este error tan común está en informarse lo debido, ya sea a través de internet dónde existen los comparadores de hipotecas o poniéndolo en manos de profesionales que nos puedan asesorar en este ámbito.
- Conocer si la entidad financiera te financiará la compra. Este hecho te permitirá primeramente a la hora de buscar una vivienda un ahorro de tiempo, al visitar aquellos inmuebles únicamente que se ajusten al precio. Y a la hora de negociar la compra, la certeza de que la entidad te dispondrá el dinero y el conocimiento de los plazos.
- No tener en cuenta los costos totales. Ser propietario de una casa no es tan simple como pagar la hipoteca mensual y esperar hasta que en los próximos meses lleve a cabo el vencimiento de la hipoteca. Creer que tener una casa es simplemente pagar la hipoteca y no considerar otros costos de poseer una casa es otro error común. En realidad, hay muchos costos asociados con la compra de una casa.
- Añadir más deuda. Hay muchos compradores de vivienda que creen que la apertura de nuevas líneas de crédito es inofensivo. Una manera infalible para que te denieguen la hipoteca es meterse en otros préstamos que hagan mermar tu capacidad de pago.
Por otra parte, aunque los precios de los alquileres en España tienen un ritmo ascendente desde hace algunos años, ello no frena el incremento del precio de las viviendas. Por ello, muchas personas se plantean alquilar una casa.
Ahora bien, buscar alquiler puede convertirse en toda una odisea, y no solamente por cuestión de precio, si no tenemos en cuenta una serie de parámetros. Desde AEPF queremos proporcionarte otra serie de consejos para evitar algunos errores comunes que se cometen cuando queremos conseguir un buen alquiler:
- Desconocimiento del mercado. Ir a ciegas es un gran error. Si bien no somos expertos, conviene saber cómo está el mercado inmobiliario actualmente; mirar y comprar precios en determinadas ciudades y zonas nos da una visión real y, de esta manera, estaremos alerta si observamos que nos quieren cobrar más de lo que está establecido por un alquiler.
- Gastar por encima de nuestras posibilidades. Otro error es querer gastar más dinero del que realmente podemos o tenemos. Aunque la zona y el piso nos encanten, si no podemos pagarlo, debemos ser realistas. Los agentes inmobiliarios consultados coinciden en que, si nuestra economía no nos lo permite, debemos ajustar la casa a nuestro presupuesto.
- Otros. Pactar las condiciones me manera verbal, desconocimiento acerca de la vivienda, no visitarla o caer en timos y abusos constatan una serie de errores a los que el comprador suele incurrir por la falta de información o asesoramiento en dicho ámbito.
La posibilidad de calcular el porcentaje de ingresos que podemos destinar para el alquiler o pago de una hipoteca puede resultar clave. Desde AEPF recomendamos seguir la regla del 30% y las reglas del 28/36. La regla del 30% se basa en la cantidad que una familia puede gastar razonablemente en la vivienda y seguir teniendo suficiente dinero para afrontar los gastos cotidianos, como la comida y el transporte, además de poder ahorrar o afrontar imprevistos. La regla del 28/36 estipula que, para que una casa se considere dentro de un presupuesto adecuado, los gastos de vivienda (como los pagos de la hipoteca, los impuestos y el seguro) no deberían superar el 28% de los ingresos brutos mensuales. El resto de deuda total (incluyendo tarjetas de crédito y préstamos) no debe superar el 36% de los ingresos brutos mensuales.
Desde AEPF, ponemos a disposición del ciudadano la figura del educador financiero, el cuál podrá realizar un presupuesto en base a los años a los que se quiere pagar la hipoteca sin comprometer el consumo esencial de la familia ni su protección.